El pasado domingo tuve la ocasión de participar como voluntaria en un evento organizado por “Millor sense canyeta”.
El objetivo principal era concienciar a las personas de a pie de que, tomar bebidas en restaurantes y bares “sin pajita”, es una opción totalmente viable. Y que, con esta simple medida, estamos haciendo un gran gesto para la preservación y cuidado de nuestros mares y de los animales que habitan en él.
fuente: Mejor sin pajita
Para hacer el evento lo más ameno posible se prepararon varios litros de limonada casera con la que se invitaba a las personas a tomar un vaso mientras se les explicaba en qué consiste la campaña.
Antes de la cita tuve la ocasión de entrevistar a Camila, la persona encargada de llevar esta campaña a Barcelona. Y quién mejor que ella para que te explique cómo surgió esta maravillosa iniciativa.
Hola Camila, para que los lectores puedan hacerse una idea de qué proyecto se esconde detrás de “Millor sense canyeta”, explícanos brevemente qué es lo que hacéis y cuál es vuestro objetivo principal.
Hola Laia. Millor Sense Canyeta es una campaña que busca reducir el uso de pajitas plásticas en la restauración. Está basada en un proyecto colombiano llamado “Mejor sin Pitillo” que comenzó en 2016, y poco a poco ha sido implementado en otras ciudades del mundo.
El objetivo es lograr que los establecimientos reduzcan el uso de este elemento tan innecesario, a partir de estrategias de cambio de comportamiento como no ponerlas por defecto o no ponerlas a la vista.
En campañas similares se ha demostrado que ese pequeño cambio hace que se dejen de usar entre el 50% y el 80% de pajitas. Pero el objetivo más amplio en realidad es utilizar la pajita como una puerta de entrada a cambios más grandes.
Nosotros asesoramos a los miembros de la red en diferentes estrategias de sostenibilidad, y lo que hemos visto es que una vez están dentro de la red, les es más fácil tomar otras medidas que quizás antes no hubieran considerado.
Para lograrlo, visitamos establecimientos, les informamos en cuanto al uso de pajitas, y les asesoramos en cuanto a las alternativas existentes. A los lugares que acepten seguir las estrategias que les proponemos, los certificamos como miembros de la red mediante una pegatina y un post en redes sociales, además de añadirlos al mapa en nuestra web.
También estamos hablando con el Ayuntamiento y los gremios de restauración y hotelería para lograr un mayor alcance.
Entonces, ¿conoces cómo surgió la idea original y qué lo motivó? ¿Y cómo acaba “Millor sense canyeta” en tus manos?
La idea original nació en Medellín como una iniciativa ciudadana para darle visibilidad a los establecimientos conscientes que no usaban pajita. Lo iniciaron Mariana Matija y Clara Pérez del colectivo ciudadano La Ciudad Verde, en el cual yo también colaboro en el capítulo Bogotá, y ahora, Europa.
El año pasado participamos en la “People’s Climate Summit” en Bonn, donde conocí a las chicas francesas que lo estaban implementando en París como “Bye Paille”, y pensé que era la oportunidad para hacerlo en Barcelona.
Según tengo entendido, trabajáis con voluntarios. ¿Cómo conseguisteis movilizar a los primeros? ¿Esperabas que la gente se comprometiera de esta forma? ¿Cómo os han ayudado las RRSS en toda esta movilización?
El comienzo fue posible gracias a mis amigas cercanas. Les comenté la idea y me ayudaron a consolidarla. Cuando organizamos el primer evento en febrero, el Día Internacional sin Pajita, empezamos a mover las redes sociales y los contactos que conocíamos. Se unió un grupo de gente muy chula y nos ayudaron bastante con este primer evento.
Las redes sociales creo que son clave para la divulgación de este tipo de iniciativas, porque es cierto que hay mucho trabajo en campo con los establecimientos y los actores interesados, pero al divulgarlo en las redes es cuando multiplicas el esfuerzo obtenido.
Además de voluntarios, ¿contáis con algún tipo de ayuda extra? Subvenciones, donaciones, …
Sí, tenemos una subvención del Ayuntamiento de Barcelona para la ejecución de la campaña durante 2018. Esto es muy importante porque, primero, te das cuenta que es un tema que interesa a la ciudad, y segundo, el apoyo de las administraciones nos ha facilitado la entrada a muchos lugares.
Tengo que aclarar que esto sigue siendo una iniciativa ciudadana y que para nada va ligada con fines políticos. Hemos aprovechado este acercamiento con el Ayuntamiento para hacer presión para impulsar normativas contra el uso de plástico de usar y tirar, y eso es lo que esperamos que pase de cara a los próximos años.
Como ya te comenté, la gráfica de la campaña me parece chulísima y muy llamativa. ¿Crees que tener una buena imagen os puede haber beneficiado de alguna forma? ¿Abrir puertas que no esperabais, transmitir más confianza a la hora de conseguir ayudas o incluso, convencer a los establecimientos? ¿Qué feedback os da la gente?
Definitivamente. La imagen es de Mariana, la creadora de la campaña, y estamos de acuerdo que es chulísima y que nos ha abierto puertas.
Yo creo que es clave tener una imagen atractiva, bonita y de alguna forma divertida, para que se acepte mejor el mensaje. A la gente le encanta la imagen, y el hecho que sea una iniciativa global.
Por lo que he podido ver después de las reuniones, salís con un montón de ideas y una planificación de los próximos pasos a seguir. ¿Cada cuánto os reunís, cómo os organizáis y hacéis la toma de decisiones? ¿Contabais con experiencia previa?
Bueno, ha sido todo un poco sobre la marcha porque no lo había hecho nunca. Teníamos unas metas que había que cumplir en 2018 y basándonos en ellas es que vamos desarrollando las actividades y reuniones.
Es un poco difícil porque no siempre pueden venir las mismas personas y en general porque todos tenemos nuestras vidas ocupadas, pero ha sido muy satisfactorio ver el apoyo de los voluntarios, así sea solo una vez.
¿En qué fase estáis actualmente y qué es lo que más os hace falta?
Ahora estamos ya cerrando el año, intentando completar las metas propuestas, planeando el último evento que será este domingo, cerrando alianzas con gremios y grupos de influencia, y pronto empezaremos a ver cómo será 2019.
Nos hace falta mantener a los seguidores comprometidos y que los grupos de restauración nos ayuden a difundir la iniciativa a sus miembros.
No sé si nos podrías contar algún plan o idea que tengáis a corto-medio plazo… ¿Y dónde os gustaría estar dentro de 4-5 años?
En 3 años la Comisión Europea va a prohibir las pajitas en Europa. Nosotros estamos intentando que eso se haga antes a nivel local, pero que además entendamos que estos hábitos innecesarios se deben cambiar.
Yo creo que en 5 años la discusión no va a estar en las pajitas ni en otros plásticos que estamos acostumbrados a usar porque ya van a estar prohibidos. Miraremos atrás y no podremos creer que antes teníamos esos hábitos, como ahora pasa con tantas otras cosas.
Yo espero que ya estemos en un punto de consciencia más alto en el que nos cuestionemos más nuestro comportamiento en sí. Y espero poder seguir adaptando la campaña a lo que vaya surgiendo.
Actualmente existen varias webs y plataformas donde encontrar información y herramientas para que la gente sepa cómo debe pasar a la acción.
Europeanchangemakers.org y trainings.350.org son solo un par de ejemplos. ¿Conocíais estas webs? ¿Conocéis otras parecidas que os hayan servido de inspiración y/o ayuda?
No las conocía, pueden ser muy útiles! Nosotros, como seguimos la base de un proyecto ya ejecutado, por ahora seguimos la metodología inicial y la vamos adaptando al contexto local.
Tratamos de mezclar varias estrategias de diferentes disciplinas, como el diseño centrado en el usuario, el cambio de comportamiento, y otros. Y en general nos basamos en campañas similares y siempre intentamos unir fuerzas con otras iniciativas locales.
¿Qué le recomendarías a alguien que quiere pasar a la acción con un proyecto propio y no sabe por dónde empezar?
Yo creo que antes de reinventar la rueda, es bueno aprender de lo que ya han hecho otros. Unirse a redes ya constituidas, identificar lecciones aprendidas y buenas prácticas antes de dedicar muchas horas de trabajo.
El mayor problema que yo veo es que se requiere mucho trabajo y tiempo, y esto hace que muchas personas decaigan, así que intentar poner metas realizables en plazos cortos, puede permitir evaluar la efectividad del proyecto y tomar medidas para mejorarlo.
Pues ya para terminar, ¿te gustaría añadir alguna cosa más?
Solo recordar que este tipo de iniciativas son posibles gracias a la gente, que si todos pasamos la voz, el impacto será mucho mayor.
Solo rechazar las pajitas en un restaurante y explicar las razones, o hablar de la campaña con amigos y familiares, es lo que hace crecer el movimiento. Invito a todos a hacerlo, y agradezco a todos los que lo habéis hecho hasta ahora!
Gracias infinitas a ti Camila. Por la iniciativa y por tu dedicación. El domingo estuvo genial y tuvimos la oportunidad de conocer y juntar personas con perfiles muy distintos, pero unidas en un objetivo común.
Espero que consigamos los objetivos marcados para este 2018. ¡Y estoy impaciente por conocer la agenda para el 2019!
Y tú querido lector, si estás en Barcelona y te gustaría formar parte del maravilloso grupo de voluntarios, puedes apuntarte en este enlace.
¡Hay muchísimas formas de colaborar y somos un grupo bien majo! 
Esta entrada tiene 2 comentarios
Laia,
En el email dices «para recompensar por el cambio sin avisar […]» pues a mí me ha encantado encontrarme esta entrevista!
Estamos en puntas opuestas de la península, si no me unía encantada al grupo de voluntarios.
Por cierto, la imagen corporativa de europeanchangemakers.org/ también me ha parecido super potente, cercana e inspiradora.
Un abrazo!
¡Hola Uxía! ¡Qué ilusión que te haya encantado! En mi opinión, merecía la pena el cambio y me alegra ver que tú opines lo mismo.
Y qué pena que por la distancia no puedas unirte. Pero seguro que ahora pedirás tus bebidas sin pajita (aunque seguro que ya lo hacías) y poco a poco se irá extendiendo a otros puntos de la península. Toda ayuda cuenta. ¡O vente de visita! 😛
Opino lo mismo. ¡Me encanta la identidad visual de la web de European change makers! La concienciación no tiene porqué ser aburrida. De hecho, cuanto más vital y cercana, más ganas de participar.
¡Un abrazo!