Encontrar tu propósito puede ser algo tan sencillo como invertir unas 3 horas tu tiempo con ayuda de otra persona, como convertirse en un proceso bastante más largo de autoconocimiento y llevarte meses o incluso años.
Pero uno de los principales obstáculos a la hora de encontrar ese propósito es no saber por dónde empezar.
Por eso hoy te traigo 7 sencillos pasos que descubrí en el libro de Simon Sinek, «Encuentra tu porqué».
1. Busca a tu ayudante
Busca una persona curiosa y motivada como para querer escuchar tus historias al mismo tiempo que se interesa por hacer más preguntas e ir más allá de los detalles superficiales.
Mejor si no te conoce muy a fondo para no caer en la auto-interpretación de tus historias por las experiencias vividas contigo.
Deberá tomar notas mientras tú explicas tus historias y formular preguntas que le permitan buscar un significado más profundo.
2. Explica qué necesitarás
La persona que te ayude deberá ser capaz de ir más allá de las historias que le cuentes. Preguntas tipo: “¿Cómo te hizo sentir?”, “¿Qué es lo más te gustó de esa experiencia?”, “¿Qué la hizo tan especial?”… le ayudarán a encontrar un sentido más profundo a tus historias.
Además de las historias, hay dos componentes más que son importantes y que serán los pilares de tu declaración del porqué: la contribución y el impacto.
- Tu contribución en la vida de los demás.
- Y el impacto de esa contribución.
3. Escoge un lugar adecuado
Es necesario encontrar un lugar que sea, lo suficientemente cómodo e íntimo al mismo tiempo, para que puedas explicar tus historias sin distracciones y sin miedo a formularlas en voz alta.
En directo siempre es mejor que por teléfono porque así tu ayudante será consciente de los gestos no verbales que se producen durante la explicación.
Apagad los teléfonos y disfrutad del proceso.
Es aconsejable disponer de unas 3 horas para poder hacer los 3 pasos de una sentada: contar historias, identificar temas y escribir la declaración del porqué.
4. Recopila tus historias
Antes de quedar con tu ayudante, es aconsejable que ya tengas preparado un guión con las historias que consideras que te han hecho ser la persona que eres a día de hoy cuando consigues dar lo mejor de ti.
Piensa en experiencias específicas y recuerda con qué personas estabas y cómo te influenciaron en ser quién eres a día de hoy. ¿Qué te dijeron o qué hicieron que marcó una diferencia en ti?
Intenta recopilar un mínimo de 5 historias que consideres que han tenido un gran impacto en tu vida. Cuantas más mejor.
Una simple línea o dos serán suficientes.
5. Comparte tus historias
Reúnete con tu ayudante y empieza a compartir tus historias.
Cuanto más abiertamente lo hagas y más detalles des, mejor entenderá el contexto y más significado podrá sacar tu ayudante. Ahora es el momento de profundizar, pero tienes que sentirte cómodo con los detalles que compartes. Conecta con tus memorias y con las emociones que experimentaste.
Todos los caminos conducen al porqué. Si te vas acordando de otras historias, puedes contarlas también para que sea más fácil encontrar el hilo conductor que une cada una de las historias.
6. Identifica tus temas
Ahora es el momento de identificar tus temas: ideas recurrentes, palabras, frases y sentimientos que surgen de tus historias. Tu ayudante debería ser quien guiase esta parte para que tu subjetividad no influya en el proceso.
No intentes jugar ambos roles.
Si algo aparece más de una vez, anótalo. Ahora no hay un límite establecido. Lo importante es tenerlos todos escritos en el papel.
Una idea se convierte en un tema cuando aparece en dos historias aparentemente inconexas. Después destaca aquellos que te resulten más importantes o te definan mejor.
Finalmente, escoged juntos aquél tema que consiga definir una contribución especial y otro que pueda funcionar como el impacto que ocasiona.
7. Redacta tu porqué
Escribe tu propósito. Dedica un tiempo a formular tu primer borrador. Tu ayudante debería hacer lo mismo por su parte. Comparad ambas opciones y escoge la que te guste más.
La fórmula para comparar los distintos porqués deberían seguir la estructura:
VERBO EN INFINITIVO (que explique tu contribución en la vida de los demás) DE FORMA QUE (y el impacto de tu contribución)
Verbo infinitivo ______________ de forma que ______________.
Y hasta aquí el artículo de hoy.
Imagino que ahora te resultará mucho más fácil empezar a ahondar en tu propósito. Si estás buscando el ayudante y el lugar ideal, estás invitado a mi estudio de Cabrils donde podrás contar tus historias rodeado de calma y naturaleza. 😉
Y si te surge alguna duda, te leo en los comentarios.
¡Hasta pronto!
Esta entrada tiene 2 comentarios
Un artículo estupendo y al grano.
Muchas gracias por compartirlo Laia. 🙂
¡Perdonad chicas! Con el embarazo de por medio, se me quedó vuestro mensaje sin responder.
Me alegro de que os gustase. Pronto, ¡más! 🙂